Ni el perímetro de seguridad establecido en los aledaños de la plaza Sant Jaume ha detenido a quienes querían mostrar su malestar con Inmaculada Colau. Así, las fiestas de la capital catalana, las de la Virgen de la Merced, se han estrenado con una pitada a la alcaldesa.

Publica La Razón que varios grupos de personas se concentraron en la zona donde se ubica eel Consistorio para protestar contra la edil podemita y la decisión de cerrar perimetralmente la plaza para seguir el pregón de la Mercè de la activista Custodia Moreno. Un blindaje criticado por la oposición y por la calle. La tensión ha crecido cuando algunas de las protestas han llegado finalmente a Sant Jaume con el inicio del Toc d’Inici. Sin embargo, los vecinos presentes en la plaza han echado fuera a los manifestantes.

En cuanto a la celebración de las fiestas propiamente dicha, recordar que ya en 2015 la alcaldesa de Barcelona decidió que no asistiría a la celebración de la Virgen de la Mercè en la Basílica, porque Ada Colau es muy progre y punto. 

Desacralización, pues, de la fiesta de la copatrona de la Ciudad Condal. Una celebración cargada de tradición, en torno a la Orden de los mercedarios, quienes se dedicaban a rescatar presos (entre los que se llegó a encontrar un tal don Miguel de Cervantes) de manos de los musulmanes, bien a cambio de un rescate o bien poniéndose los propios monjes en el lugar de los apresados. Es, en resumen, una gloria para Cataluña. Pero no para Colau.