Sebastian Kurz (en el centro) y Federica Mogherini
Curioso. El diario El País relata que el gobierno austriaco ha decidido cerrar siete mezquitas y expulsar a 60 imanes financiados por los turcos. Tras reiterar, con mucha reiteración, que el Gobierno austriaco es de ultraderecha, que el canciller Sebastian Kurz (en la imagen) gobierna junto a una vicepresidenta xenófoba, tras contarnos que el turco Erdogan –gran demócrata- ha puesto el grito en el cielo y advertido que tomará medidas.Concluye con un párrafo escondido, y último, que dice lo siguiente:
“La oposición liberal y socialdemócrata austriaca ha aprobado en líneas generales la decisión del Ejecutivo, mientras que Los Verdes (extraparlamentarios) lamentan el momento del anuncio, ya que, a su juicio, beneficiará a Erdogan en las elecciones presidenciales que se celebran el día 24”.
O sea, que liberales y socialdemócratas están tan hartos de los islámicos como los ultras. Y que los verdes se oponen, no porque están contra la medida anti-fundamentalista, sino porque hacerlo en este momento beneficia al fundamentalista turco Erdogan en los comicios que tiene pendientes.
Curioso.
Y encima, nos quedamos sin saber por qué se les expulsa. Solo nos lo podemos imaginar.