Lo cuenta actual. A Miguel Bosé (en la imagen) siempre se le ha calificado de andrógino. No estoy de acuerdo: eso es una calumnia. Bosé, desde su adolescencia se convirtió al narcisismo y siempre ha sido fiel y leal a este credo. Por eso, cuando forzado por su irrefrenable deseo de llamar la atención, se ha puesto a blasfemar, su profanación ha consistido en publicar durante un concierto una imagen de la Virgen María con la cara que Miguel Bosé considera la más agraciada del planeta: la suya. No, Bosé no es andrógino: lo que ocurre es que no quiere matrimoniar ni con hombres ni con mujeres. Si alguna vez se casa, lo hará consigo mismo, en una discreta ceremonia donde se dé el sí por partida doble. O triple. ¿A quién puede extrañar que Pablo Iglesias le reclame como ministro de Cultura del Frente Popular? Hispanidad redaccion@hispanidad.com