Decíamos ayer, que Osama Abdul Mohsen (en la imagen), el entrenador sirio acogido en Getafe, era un personaje un tanto singular. Sí, fue zancadilleado cuando corría con su hijo (que, en efecto no tiene culpa de nada, el pobrecito) por una periodista metida a policía que ya ha pagado su pequeño horror. Y sí, Osama ha sido víctima de una sospecha sobre su pertenencia a Al Nursa, el grupo de la galaxia Al Qaeda que opera en Siria. Al parecer, se trata de un montaje de Internet. Pero es que a mí me sigue llamando poderosamente la atención sus palabras en rueda de prensa -eso no fue ningún montaje- donde Osama defendía que eran Estados Unidos, Rusia e Irán quienes estaban matando a la gente en Siria. Al parecer, el Estado islámico, la última gran matanza, sobre todo de cristianos, es una ONG que pasaba por allí. Porque eso es, exactamente, lo que dicen los fundamentalistas islámicos: que la culpa es de Rusia, EEUU e Irán, que es chiíta y está más o menos de vuelta del fanatismo. Sí, hay que ser solidarios y acoger a los refugiados que vienen. ¿A pesar de que se ha producido justamente ahora, cinco años después de iniciada la guerra? ¿A pesar de que aparezca una invasión programada por las mentes febriles de los fanáticos musulmanes de Al Qaeda y el Estado islámico? Sí, a pesar de eso. El hijo de Osama no tiene ninguna culpa, su padre me parece que alguna. Es ese estado de opinión el que hace crecer el fanatismo. Pero, en cualquier caso, seamos solidarios, cogemos a cuantos más refugiados mejor, pero no seamos idiotas. Hispanidad redaccion@hispanidad.com