Hungría es un ejemplo claro que ha sabido dar la vuelta a la situación con políticas familistas, control de la inmigración y no dejarse chantajear por la Europa disolvente
Lo cuenta Naciones Unidas. Durante el periodo 1990-1995, la tasa de natalidad era del 3%. Hoy se ha reducido hasta el 2,5% Ojo, hablamos de tasa mundial, no Occidental ni europea, donde la fecundidad es aún menor. Y ojo: el mero relevo generacional se sitúa en el 2,2.
Es decir, que las apocalípticas visiones de los agonías del hambre, por sobrepoblación se convierten ahora en una solemnísima chorrada.
Recuerden: la bomba demográfica no consiste en que haya mucha gente sino en que haya muchos viejos. Ahora ya no hay mucha gente: sólo muchos viejos.
Hispanidad
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