Sí, ya sabemos que Endesa fue adquirida por otra eléctrica, la italiana ENEL, y la ha fagocitado pero esta es otra cuestión. Ahora se trata de la antigua Electra de Viesgo, la eléctrica cántabra, que acabó en manos del gigante alemán E.ON quien se quedó con ella como premio de consolación, tras perder Endesa.

Pues bien, Electra de Viesgo ha caído en manos del fondo soberano de Kuwait (KIO, viejo conocido de España) y del fondo de inversión -o banco de inversión, que de todo hace- australiano Macquarie, al que, naturalmente, le importa un bledo una infraestructura básica para España como es la eléctrica.

Occidente tiene pendiente el regreso a manos del Estado de las infraestructuras básicas, sobre todo energía y telecomunicaciones. Lo privado debe quedar para los operadores que trabajan sobre esas infraestructuras. En cualquier caso, mejor que sean socios industriales y no fondos. Mejor que sean empresarios, no financieros. Con la luz no se juega.

Hispanidad

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