"O con Cristo o con Satanás, no hay vía intermedia". Lo decía el recientemente fallecido Gabriele Amorth, que en España hemos conocido gracias a Religión en Libertad y a su impulsor, Alex Rosal, de Libros Libres. Nos hemos tirado casi 50 años prescindiendo de los ángeles caídos. Pero claro, Satán no ha prescindido de nosotros. Y eso que Amorth, como todo exorcismo, trata preferentemente con poseídos, es decir, poseídos de cuerpo, que a pesar de su dramatismo no representan nada. Lo importante son los poseídos del alma, que, en sentido amplio, son todos aquellos que no están en gracia de Dios, en pecado mortal. Ojo, con el demonio caben dos errores: negar su existencia  y obsesionarse con ella. Como decía Tomás Moro, lo que menos soporta el espíritu orgulloso es que pases de él. Ahora bien, ignorarle sería una necedad. Lo mejor es lo de Amorth: tenía muy presente al demonio al tiempo que se reía de él. Hispanidad redaccion@hispanidad.com