Nuevo contenedor de basuras, de color marrón, para residuos orgánicos. ¡Pero si ya había uno! Es igual, ahora hay dos… que se unen a los de envases,vidrio, cartones y siga usted contando. Es el fenómeno bombilla, que une metal, cristal y suciedad orgánica recubridora. ¿Dónde lo echamos? En definitiva, ampliar el número de contendores no es más que recargar el trabajo del ciudadano. Y aquí viene lo bueno. Lo impone Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, dentro de la política verde de la izquierda radical que, mayormente, consiste en fastidiar al ciudadano, quien tendrá que hacer un cursillo y ampliar su casa para albergar tantas bolsas de basura distintas. Ahora bien, Carmena, que es un poco cochinota, quiere aumentar el numero de contenedores, pero resulta que los que ya hay instalados están hechos un asco, se recogen menos, con lo que la calle huele… las mismas calles requetesucias que adornan Madrid desde que doña Manuela está en la alcaldía. Y es que la mugre también es una caricatura viva que hay que mimar. Hispanidad redaccion@hispanidad.com