Rubio Llorente ha pasado de ser un aliado a una fuente de problemas para La Moncloa
A lo mejor 78 años son muchos años, pero el caso es que el presidente del Consejo de Estado, eximio jurista Francisco Rubio Llorente, debería jubilarse. Así lo piensa el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, que en esta segunda legislatura ha abandonado ya sus coqueteos con grupos independentistas, sean catalanes o vascos.
Y resulta que Rubio le ha pasado a ZP por la izquierda. Aún colean sus empeños en hablar de comunidades nacionales animando a Euskadi a hacerse con Navarra y a Cataluña a absorber Valencia y Baleares. Lo de Navarra, hizo que el Foro de Ermua acusara a Llorente de hablar el mismo lenguaje que ETA.
Así que ZP pretende ahora que el ex ministro de Justicia López Aguilar acceda al cargo, que no en vano le ha dejado fuera del Gobierno a pesar de que Aguilar le ganó las elecciones en Canarias (pero no pudo gobernar por la alianza ente CC y PP).