En el debate de este lunes se repitió lo que ocurre en todos los debates. Tras el ring de boxeo PSOE-PP, los periodistas salen de la tribuna y se van al pasillo. Populares y socialistas hacen lo propio. Los pasillos son el escenario de corrillos para explicar, aclarar, hacer declaraciones, etc. En el hemiciclo quedan las agencias y las teles, pero el debate se ha acabado. Se ha acabado porque fuera del PP y del PSOE no hay nadie con capacidad de gobierno.
Aún así, Zapatero insiste en su exitosa estrategia de aislar al PP. La misma que utilizó en la declaración parlamentaria de mayo de 2005 en la que se autorizaba al gobierno a iniciar los contactos con ETA. Pactar con todos equivale a pactar con todos salvo con el PP. Sencillamente porque no son compatible. EL PNV quiere la derogación de la Ley de Partidos y nosotros no, señala Astarloa, quien se muestra abierto a que otras fuerzas políticas se sumen al Pacto Antiterrorista, pero no a renunciar a las medidas que se habían revelado eficaces para acabar con ETA.
Por cierto, que Zapatero y antes De la Vega- han hecho mucha sangre con que Rajoy dijera en su momento que el Pacto Antiterrorista era un conejo que Zapatero se había sacado de la chistera. Lo que ocurrió es que la estrategia de acoso policial y judicial a ETA estaba dando sus frutos y Zapatero no quería quedarse fuera de la foto de la pacificación. Los populares aceptaron a regañadientes y ahora el gobierno lo considera un papelito desfasado y Llamazares califica de ley vieja a la Ley de Partidos.
O el PP se mueve con más inteligencia que denunciar su aislamiento o se verá obligado a ganar por mayoría absoluta para poder gobernar.