- Las posiciones de los partidos siguen erre que erre en el mismo discurso previo a la 'consulta'.
- Han votado un tercio de los catalanes, 2.236.806, y está escrutado el 97% de los sufragios.
- El 81% prefiere la independencia, el 11% quiere ser Estado pero no independiente y el 4,5% no quiere ser Estado.
- Pero para los políticos, nada ha cambiado. PP y PSOE sigue igual: el fraude de ley o la España federal.
- CiU insiste en que han ganado por goleada la semifinal y jugarán la final, y ERC no ve otra cosa que la independencia sea como sea.
- Todo muy visceral, a la espera de una reflexión más pausada, sin eufemismo, y del retorno de un diálogo necesario (del Gobierno y de la Generalitat).
Pocas cosas han cambiado entre el 9-N y el 10-N. Los políticos han aprovechado su participación en espacios radiofónicos o televisivos para dejar sus primeras reacciones en los mismos puntos, según la orientación ideológica, del día anterior. Sí sabemos más de los resultados, que es previsible que apenas cambien cuando queda por escrutarse menos del 10%.
La Generalitat ha informado que han participado 2.236.806 personas. Es decir, votó en torno a un tercio de la población del censo potencial, teniendo en cuenta la suma de las últimas autonómicas y los posibles votantes entre 16 y 18 años y residentes extranjeros (unos seis millones de personas en total). Con el 96,8% de los votos escrutados, los resultados son los siguientes: el 80,76% de los ciudadanos (1.806.336) ha optado por un doble 'sí': a que Cataluña sea un Estado y que sea independiente (Si-Si). El 10,09% (225.659 personas) han votado 'sí' a que sea un Estado, pero 'no' a que sea independiente (Si-No). El 4,54% restante (101.601) ha votado 'no' a que sea un Estado, lo que no permitía votar a que fuera o no independiente. Las otras opciones han sumado el 3,08% de los apoyos (68.885 votos), los votos en blanco, el 0,56% (12.538) y el 'sí' a que sea un Estado y en blanco que sea o no independiente, el 0,97% (21.787 personas).
El reparto de votos por demarcaciones fue el siguiente. En Barcelona votaron 1.406.771 personas; en Gerona, 251.419; en Lérida, 126.204; en Tarragona, 159.863; en Tierras del Ebro, 60.347, en Cataluña central, 208.647, y en el Alto Pirineo y Arán.
Y en el capítulo de reacciones, ahí va un elenco. No esperen sorpresas. Algo tendrá que cambiar porque la movilización ha sido reseñable, y el diálogo deberá comenzar. Pero a juzgar por las primeras reacciones, parece que estamos en el 8-N en vez de en el 10-N.
A la espera de un pronunciamiento del secretario general, Pedro Sánchez, que ha preferido desplazarse a Cataluña para participar en la Ejecutiva del PSC, por el PP, ha salido a la palestra, en TVE, Esteban González Pons, vicesecretario y portavoz en el Parlamento Europeo. Del PSOE, como ya ha avanzado el PSC, se espera más de lo mismo: el impulso a una 'tercera vía' hacia una España federal con cambio constitucional incluido. Por su parte, González Pons, vicesecretario y portavoz en el Parlamento Europeo, ha tildado de "simulacro" el 9-N, que constata, también, más de lo mismo y conocido: que un tercio de los votantes catalanes son independentistas y son los que acudieron ayer a las urnas. También se ha referido a la responsabilidad de Artur Mas por el uso de fondos públicos -puede haber un delito que el fiscal debe perseguir- y tendrá que responder, además, a la Fiscalía por no cumplir la orden del Tribunal Constitucional, dos veces, de suspender cualquier participativo sobre la independencia el 9 de noviembre.
La visión es radicalmente distinta en el lado nacionalista o independentista. Para CiU, según su portavoz, Jordi Turull, el mensaje dado por la ciudadanía ha sido "potente y contundente", a pesar del boicot y amenaza constante del Estado. En la cabeza de Turull, "ayer ganamos la semifinal por goleada y jugaremos la final cuando sea el mejor momento para ganarla". Nada ha cambiado, por tanto.
ERC, por su parte, no se aparta un ápice de sus deseos de independencia. Lo ha dejado claro Marta Rovira, de la Ejecutiva del partido. "Después del claro apoyo a la independencia, lo que tenemos que hacer desde hoy, desde la política, es recoger ese mensaje y encontrar la mejor fórmula para hacer que podamos obtener un mandato democrático, una mayoría parlamentaria suficiente para ejercer la independencia".
Se abre un espacio de diálogo inaplazable, no en clave mitinero. El 9-N ya ha pasado y toca reflexionar un poquito. Pero nada de eso se vislumbra todavía. La mañana de este lunes es una pausa, que apenas brilla, hacia algo que deberá ser más constructivo en los próximos días. Eso será, sin duda, más interesante.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com