Podría dimitir y que se acelerara la intervención en el país de la UE.
Continúa revuelto el asunto de la deuda soberana europea con la situación que está viviendo Portugal, así como por la reunión que tendrá lugar los próximos días en Bruselas entre los líderes de la Unión Europea, en la que Zapatero planteará las propuestas españolas para superar la crisis.
Como primer acto de la obra, los estados miembros de la zona euro, no han llegado a ningún acuerdo sobre cómo incrementar de manera efectiva el fondo de rescate y lo han pospuesto hasta finales de junio, por lo que la cumbre de esta semana no contará con ese dato. Además, tampoco se ha decidido el mecanismo permanente de rescate que reemplazará al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).
Pero este panorama se puede encontrar con una nueva realidad: la complicación de la situación portuguesa. En la tarde del miércoles se vota en el Parlamento luso la aprobación de un nuevo plan de ajustes y puede convertirse en un drama. La oposición en bloque ha manifestado que votará contra el nuevo plan -sería el cuarto plan de austeridad en poco más de un año-, por lo que la desconfianza en los mercados portugueses podrían dispararse si el primer ministro portugués presenta su dimisión en caso de que el plan sea rechazado. De esta manera, el 8% que ha alcanzado la deuda portuguesa en los mercados, podría haber sido el aldabonazo final.
Y mientras tanto España, que parecía haberse alejado del temor a una intervención, vuelve a recuperar los 200 puntos básicos en la prima de riesgo con respecto al bono alemán y espera que la situación lusa no afecte a la economía del país, aunque de eso también dependerá que el presidente del Gobierno logre convencer a los demás líderes europeos con las propuestas que va a presentar para salir de la crisis.
Juan María Piñero
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