• La Comisión de Nombramientos ha propuesto a Ana Patricia Botín como presidenta del Santander.
  • Según el protocolo secreto dejado por el fallecido Emilio Botín.
  • En esa Comisión de Nombramientos, Emilio Botín dejó a sus consejeros más leales. Por ejemplo, Fernando Asúa, Isabel Tocino y Guillermo de la Dehesa.
  • Ahora bien, se negocia contra el tiempo. No habrá pegas del Banco de España a Ana Patricia, pero sí puede haberlas desde dentro.
  • Marín no duraría mucho como Ceo con Ana Patricia en la Presidencia.

La Comisión de Nombramientos del Banco de Santander se reunía a primera hora de la mañana. Iban a aplicar el protocolo secreto que Emilio Botín (en la imagen junto a Javier Marín) había dejado previsto para el caso de un imprevisto, y no hay nada más imprevisto que un infarto, aunque previsible en un hombre que iba a cumplir 80 años.

Un protocolo que corre paralelo, aunque es complementario, al esquema sucesorio que todos los grandes bancos deben enviar al Banco de España fijando su sucesión.

En la Comisión de Nombramientos y Retribuciones figuran los más fieles a Botín: Rodrigo Echenique, Fernando Asúa, Isabel Tocino y Guillermo de la Dehesa. Se reunieron a primera hora de la mañana y en menos de un minuto aplicaron lo previsto: proponer a Ana Patricia Botín, hija primogénita de Emilio Botín, como presidente del Grupo Santander.

Lo previsto por el fallecido -que sí, tiene mucho de nepotismo- consistía en que el acuerdo de la Comisión de Nombramientos fuera ratificado por la Comisión Ejecutiva primero y por el Consejo de Administración después. 

Ahora bien, los planes de Emilio Botín no van a resultar tan sencillos. ¿Quién se opone a la cuestión de padre a hija: los fondos institucionales, que en la última junta de accionistas consiguieron que un 14% del capital votara en contra de la renovación de Ana Patricia y el Ceo, Javier Marín, que nunca ha mantenido buenas relaciones con la presidente de Santander Reino Unido y que sabe que si Ana Patricia alcanza la Presidencia a él le quedaría poco tiempo como primer ejecutivo.

Aquí se enfrentan el nepotismo de un Emilio Botín que quiere que el Santander siga siendo un banco familiar, con unos fondos institucionales que pretenden lo que siempre busca la banca en la sombra: mandar sin gestionar.  

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com