El ministro de Hacienda no sabía cómo quitarse de encima del plan Prever. Reiteraba durante las últimas semanas que se trato de una medida de apoyo puntual de 1997 y que no puede estar eternamente. Eso sí, ya anunció que probablemente se establecería una especie de recorte para los vehículos de gran cilindrada por motivos medioambientales. Una especie de tasa verde o impuesto verde adelantado. Algo así como la aplicación al utilitario del principio de quien contamina, paga. Algo inexistente en Europa, pero con lo que Solbes pretende hacer pedagogía.
Lo que había señalado es que se quedarían fuera los vehículos de gran cilindrada por sus pautas de utilización, es decir, por seguridad vial. Y es que en Hacienda parecen haber comprobado que a mayor cilindrada, mayor siniestralidad. Al menos eso es lo que parece deducirse del Real Decreto Ley por el que se prorroga un año el plan Prever y se anuncia que será un0o y no más, Santo Tomás. El gobierno considera que el impacto inicial ha descendido, que el incentivo fiscal tiene poca incidencia en la decisión de renovación del vehículo (sólo 240.221 hicieron uso de estos incentivos) y que la retirada de la circulación de vehículos antiguos y el tratamiento adecuado de los mismos debe de instarse por medios distintos a los incentivos fiscales.
Además, como ya hemos informado, el plan Prever se aplicará también sobre los vehículos industriales nuevos de menos de seis toneladas que sustituyan a otros de más de siete años de antigüedad. La deducción será la misma que en los utilitarios: 480,81 euros, pero no se aplicará en el impuesto sobre matriculaciones, sino en el impuesto de sociedades o IRPF si se trata de un empresario individual.