Sr. Director:
La noticia de que el aborto se dispara en nuestro país no sé si merece algún titular en los medios.
En España, 25.000 chicas menores de 20 años se quedaron embarazadas en 2005, un 30% más que en 1997, lo dice Margarita Delagado, demógrafa e investigadora del Consejo Superior de Investigaciones Cientificas (CSIC), en una rueda de prensa con motivo del primer Día Mundial de la Anticoncepción. Y dice también que para muchas de ellas era su segundo aborto y que muchas tienen relaciones desde los 10 años...
Sé que voy a ser muy políticamente incorrecta al escribirlo pero creo que las mujeres tenemos un problema: se nos ha vendido la conciliación, el trabajo obligatorio fuera de casa, como la panacea para nuestra liberación y comprobamos que algo falla en una sociedad en la que los hijos se ven como un problema, el amor y el sexo como algo sucio y sin trascendencia y el individualismo y la insolidaridad como metas por las que luchar.
Parece que nuestras adolescentes no quieren "embarazos no deseados". ¿Pero qué quieren nuestras adolescentes? ¿Alguien les ha preguntado? ¿Dónde estamos las madres? ¿Quién debe escuchar y atender a sus necesidades?
Desde el Gobierno y la oposición, aquí sí están de acuerdo, nos dicen que hay que engendrar hijos. Pero luego nos dicen que hay que llevarlos a cubrir las plazas de guardería de los 0 a 3 años y tenemos que ponernos todas las mujeres en el mercado de trabajo sin que el hecho de tener hijos sea un "obstáculo". Y después llegan nuestras hijas a la adolescencia y parece que no saben que hacer con su cuerpo ni con el cuerpo que en ellas aparece. Y llegan nuestros hijos y dejan embarazada a otra adolescente y no saben asumir su responsabilidad de padres.
Repito: las mujeres tenemos un problema. Nos están tratando como ‘conejas', con perdón, nos están impidiendo ejercer la maternidad con dignidad a pesar de que tenemos derecho a tener nuestros hijos, los que nos dé la real gana, y tenemos derechos a acompañarlos en su crecimiento. Pero para ello necesitamos una verdadera política familiar que nos lo permita porque no basta con traer hijos al mundo; hay que ocuparse de ellos después y tal vez los estamos matando porque no nos dejan cuidar de ellos.
Pilar Pérez
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