Una investigación del IRTA, enmarcada dentro del proyecto SOST-CO2, ha analizado el ciclo completo de CO2 emitido por una central de carbón y otra de gas natural.
Para ello, los investigadores han estudiado las etapas de captura y aplicación del dióxido de carbono a un amplio espectro de especies hortícolas en explotaciones de agricultura intensiva.
Los datos han puesto de manifiesto que el gas residual procedente de la central de gas natural proporciona buenos resultados en términos de productividad para el cultivo en invernadero de determinadas especies vegetales herbáceas y leñosas. En el caso del tomate, por ejemplo, el cultivo de plantas comerciales con fertilización carbónica ha mostrado un rendimiento superior al de plantas producidas sin CO2.
Por otro lado, el estudio descarta el abonado carbónico del gas residual procedente de la central de carbón, debido a la elevada concentración de dióxido de azufre, etileno y otros componentes mezclados con el CO2.
Las conclusiones del estudio se recogen en el "Manual del aplicador de CO2 en cultivos hortícolas", en el que los científicos del IRTA abarcan los diferentes aspectos relacionados con la adecuación de los gases de combustión mencionados para obtener una mejora en la producción y en el rendimiento en horticultura intensiva.
Domingo Martínez Madrid