El nuevo presidente de Caja Madrid quiere dejar claro que no le debe el puesto a Rajoy mientras el presidente del PP insiste en recordarle eso mismo

 

Esperanza Aguirre se ha convertido en convidada de piedra. Rato insiste en hacerse con Caixa Galicia y con la CAM, empatar con La Caixa y propiciar la gran fusión. Desde la Presidencia de Caja Madrid, el ex director del FMI impartirá doctrina económica... y política.

Jueves 21, vuelo de Iberia a las 11,30 horas entre Madrid y Santiago de Compostela. La presencia en el mismo del viajero Rodrigo Rato es de lo más lógico: se va a Santiago de Compostela a disertar con parlamentarios en la sede del Parlamento gallego para convencerles de la bonanza de las fusiones entre cajas... sin enfadar a Feijóo más de lo debido.

Llama más la atención la de su ex secretario de Estado de Hacienda, luego ministro de Tecnología, Juan Costa que viaja a su lado y comparte con él conversación amena, al decir, de un testigo.

En otras palabras, aunque tras el no de José Ignacio Goirigolzarri -negativa que parece aproximadamente definitiva- a la Dirección General, y a pesar de que ha sido contratado un cazatalentos para el puesto (una coartada), lo cierto es que Rato no acepta la tutela de Rajoy. El presidente del PP le recuerda que fue él quien vino a pedirle el puesto de Caja Madrid y que desde Génova se anuló a Esperanza Aguirre y a Ignacio González en su calidad de representantes de la entidad tutelante. Aguirre se lo está pasando pipa viendo la pelea en corral ajeno.

Al final, el empeño de Rato de nombrar director general de Caja Madrid a Juan Costa ha sacado de quicio al gallego Rajoy. Y el caso es que Rato tomará posesión del cargo de presidente de Caja Madrid dentro de dos días, el jueves, festividad de Santo Tomás de Aquino (el hombre que aseguraba que la usura era inmoral porque  todo el negocio bancario consiste en tiempo que el poderoso le vende al humilde y el tiempo es de Dios) lo hará sin director general y sin DIRCOM. Y menuda papeleta para todos.

A todo esto, ¿qué ha dicho Rato en Santiago a los parlamentarios? Bien poca cosa: que hay fusiones buenas y malas, según depende. Se trataba de no irritar a Feijóo, cuya fusión intra-gallega entre Caixa Galicia y Caixa Vigo hace aguas. Y es que Rato pretende que Caja Madrid absorba Caixa Galicia y Caixa Vigo para situarse a la par que La Caixa e ir a la gran fusión entre las dos grandes cajas... ya convertidas en banco. Y, desde luego, aprovechar el podio de la caja capitalina para hablar de Economía y de política. Ya está en ello.

Pero, antes de nada, debe arreglar el desaguisado que Miguel Blesa le queda en la segunda entidad de ahorro del país. Eso y no re-cabrear a Rajoy.

Eulogio López

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