El día 1 de octubre nació en Venezuela Tomás Morales Pérez, el que hoy es Siervo de Dios, P. Tomás Morales, S.I., fundador de unas obras que son su presencia y su memoria hoy en Europa, en América y en África: dos institutos seculares (Cruzadas de Santa María y Cruzados de Santa María), la asociación de familias, Hogares de Santa María, y la asociación de jóvenes, Milicia de Santa María, y otras obras póstumas que viven de su espiritualidad como el instituto Berit de la familia y la Fraternidad sacerdotal Tomás Morales.
El 30 de octubre de 1994 partió para la eternidad. En este mes de octubre celebramos el XX aniversario de este nacimiento del P. Morales para el cielo, coincidiendo con la apertura del Centenario de santa Teresa de Jesús. ¡Feliz providencia para quien fue un contemplativo en la acción, dirigió decenas de vocaciones a la vida contemplativa en monasterios, especialmente a la Orden del Carmen, bebió y dio de beber, a cuantos se acercaban a él, de las fuentes de la espiritualidad carmelitana!
Su pasión: Jesucristo, la Virgen María, la Iglesia y los jóvenes. Toda su vida fue dedicada a ellos, a acercar jóvenes y familias a Dios haciendo de ellos mismos evangelizadores. La causa de su beatificación está introducida en Roma desde junio del año 2000.
Las palabras del cardenal Antonio Mª Rouco Varela sirven para presentar esta figura que esperamos ver pronto en los altares:
«Ante el reto histórico con el que nos encontramos la Iglesia y los cristianos del tercer milenio, el P. Morales, que lo percibió con lucidez y lo describió en numerosas páginas -sobre todo, en su obra Hora de los laicos-, dio una respuesta valiente y comprometida, que le exigió la entrega generosa y heroica de su propia vida, con toda la riqueza y diversidad de dones humanos, sin cansancio ni desaliento. Tuvo la audacia de creer que Cristo hace felices a los hombres, en concreto, a los jóvenes a los que se dirigía, y descubrió el potencial divino escondido en el corazón de cada bautizado, estando siempre dispuesto a despertarlo. A ello consagró todas sus energías. […].
El P. Morales tuvo el acierto de descubrir como una demanda propia de su tiempo la urgencia de una profunda tarea educativa que implicara a todo el pueblo de Dios. De este modo, el llamamiento de Dios que le invitaba a la tarea apostólica, él lo tradujo en una original y precisa llamada a poner en marcha un itinerario educativo que, teniendo por base la experiencia honda y transformante de los Ejercicios ignacianos, repercutiera en la misión evangelizadora de la Iglesia. […]. El P. Morales da testimonio con su vida, sus obras y sus palabras de que el futuro es del Evangelio: del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.
La esperanza del futuro en España y en Europa es esa juventud que vuelve a descubrir con inusitada y contagiosa frescura el gozo de ser cristiano, de haber encontrado a Jesucristo, el valor del patrimonio de la fe y de vida recibido de sus mayores a través del anuncio y la experiencia del evangelio. […]. Ahí están para probarlo, […], las obras llenas de promesas y realidades de este ejemplar de la Iglesia en España» (Presentación de Obras pedagógicas del P. Morales).
M ª Lourdes Redondo