En Nigeria, desde 2009, la secta yihadista Boko Haram ha matado a unas 1.200 personas. A ello se suma la impunidad de los asesinos, como en Egipto. Y mientras, el Gobierno de Rajoy permanece mudo ante los ataques a cristianos. La guerra santa del Islam contra los cristianos es ya un hecho en el siglo XXI. Los ataques a los cristianos en países con influencia radical islamista, o sea, yihadista, se suceden. Este fin de semana, en Kenia, una iglesia católica de Nairobi fue atacada con granadas, y como consecuencia murió una persona y hubo otros diez heridos.
Pero lo peor ha ocurrido en Nigeria. En la Universidad de Bayero, en la ciudad de Kano, un grupo armado lanzó bombas y disparó dentro del campus, cerca de un auditorio, donde cristianos celebran cada semana un servicio religioso. Como consecuencia de este ataque, murieron asesinadas veinte personas y hubo otros quince heridos.
Hay que recordar que en Nigeria opera el grupo yihadista Boko Haram, cuyo nombre significa "la educación no islámica es un pecado", que quiere imponer la ley islámica -o sharia- en el país (de mayoría musulmana en el norte, y cristiana en el sur).
Y para ello utiliza la violencia más indiscriminada contra los cristianos. Desde el inicio de su campaña violenta en 2009, la secta ha matado a unas 1.200 personas, la mayoría en ataques perpetrados en el norte de Nigeria, según el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas nigerianas, mariscal jefe del Aire Oluseyi Petinrin.
A esta masacre se une, además, la impunidad con que son tratadas estas sectas yihadistas radicales. Por ejemplo, en Egipto, el tribunal de El Cairo ha archivado por "falta de pruebas" el proceso —contra "desconocidos"— por la masacre de Maspero del 9 de octubre pasado, en la que murieron 27 cristianos coptos y hubo más de 320 heridos, informa Vatican Insider, a manos de..., sí, de radicales musulmanes.
Y ante estas matanzas indiscriminadas de cristianos en el mundo y ante las injusticias que sufren se echa en falta, de vez en cuando, alguna declaración de protesta por parte del Ejecutivo de Mariano Rajoy. Sí, ya sabemos que ahora la mayor y más apremiante preocupación es la economía, pero es que no sólo de economía vive el hombre. La defensa de los derechos humanos y las libertades -como, por ejemplo, hace el Gobierno respecto a Cuba- también debería ocupar parte de su discurso.
Si no, corre el riesgo de parecerse cada vez más al de Zapatero. Y eso sí que no.
José Ángel Gutiérrez
josangel@hispanidad.com