El título y su publicidad Por la noche todo cobra vida parece que descubren su argumento. Lejos de ello, Noche en el museo es una comedia fantástica, divertida e ingeniosa, que no deja de sorprender al espectador de comienzo a fin.
Larry Daley es todo perdedor. Separado de su mujer e incapaz de conseguir un empleo estable está a punto de perder la custodia de su hijo. Por ello se ve obligado a aceptar el trabajo de guarda de seguridad nocturno del Museo de Ciencias Naturales de Nueva York. Durante la primera noche, Larry se da cuenta de que todo se mueve, todo esta vivo, y él es el encargado de que nada ni nadie salga del Museo.
Noche en el museo provoca carcajadas continuas. Y no sólo entre los niños sino también en los mayores que siguen con interés todos los retos por los que debe pasar el protagonista de la historia para conseguir mantener su puesto de trabajo. Entre ellos algunos tan osados como descubrir el secreto de Atila, El rey de los hunos; pillarle las vueltas a un mono hiperactivo o ser capaz de convertirse en el amo de un singular depredador prehistórico. Menos mal que Larry cuenta con un amigo inestimable: la figura de cera del presidente Teddy Roosevelt.
Magníficos efectos especiales amparan esta historia cien por cien de entretenimiento en la que, al fondo, se perciben los pesares que sufren los hijos de padres separados.
El logrado argumento, basado en un libro del croata Milan Trenc, también se beneficia de la presencia en el reparto de tres veteranos interpretes Mickey Rooney, Dick Van Dyke y Bill Cobs que encarnan a los guardas que van a ser jubilados del Museo debido a su avanzada edad.
Si tienen niños: no lo duden, vayan con ellos a disfrutar de esta película. Desgraciadamente, no hay demasiadas oportunidades cinematográficas de pasarlo bien en familia.