Me encanta el lenguaje pepero. Se necesita un traductor para aclarar las consignas del partido. Ahora, todos los dirigentes del PP aseguran que si llegan al poder derogarán la ley del aborto.

 

Valiente tontería. No se trata de derogar la ley sino de derogar el aborto, en su totalidad manifiesta, en su redondez global, en su oronda magnitud.

Repitamos hasta que nos lo aprendamos: en puridad, la norma Zapatero de 2010 es más restrictiva que la de 1985. Teóricamente es mucho más bestia, dado que eleva el aborto a la categoría de derecho, mientras que la de 1985 se conformaba con despenalizar. En la práctica tampoco variará mucho, dado que la ley de 1985 era un fraude de ley, con el coladero del peligro para la salud psíquica de la madre. Pero, en su letra, más restrictiva que la de 2010. No se rompan la cabeza, las dos son fruto de canallas y ZP es un personaje siniestro que sólo un país de piel dura como España puede soportar.

Dicho esto, que el PP no nos tome el pelo con su superficialidad habitual. De nada sirve derogar la ley del aborto: lo que hay que derogar es el aborto mismo. ¿O es que van a resucitar la ley felipista de 1985? No, el PP debe explicar lo que va a hacer, que deberá ser bien distinto de lo que hizo en 1996 cuando llegó al poder en defensa de la vida. O sea, nada.

Vivimos entre un presidente del Gobierno siniestro y un jefe de oposición frívolo. O sea, entre Pinto y Valdemoro.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com