Sr. Director:

Este año las avanzadillas del laicismo progre han asaltado la Navidad como si fuera un enemigo peligroso. Y eso mientras hablan, sólo de boquilla, de paz y solidaridad. Pero se han equivocado de enemigo. No cuentan con la fuerza del amor fraterno. Los nuevos intolerantes, con sus ataques, lejos de crear debilitamiento religioso, han hecho sonar la alerta en las conciencias cristianas y eso es bueno.

Deberían conocer a Gamaliel, el fariseo. Los Apóstoles, conminados por el Sanedrín a que no predicaran la doctrina del Nazareno, contestaban que Obedecerían a Dios antes que a los hombres. Los saduceos, a oír esto, montaban en cólera, los apresaban y trataban de matarlos, hasta que un fariseo llamado Gamaliel, hombre de prestigio, doctor de la ley, les dijo Mirad bien lo que vais a hacer con estos hombres. Desentendeos y dejarlos libres, porque si lo que predican es obra de los hombres, se destruirá, pero si es de Dios no conseguiréis destruirla. No sea que os encontréis luchando contra Dios. Y aceptaron su parecer. Para qué perder el tiempo. Pues eso, felices Pascuas.

Jose Giménez Soria

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