El Reino Unido pretende imponer impuestos sobre los beneficios bancarios y reducir los salarios de los intermediarios financieros y directivos bancarios. Parece lógico, dado que esos ejecutivos algo tendrán que ver con el tipo de gestión especulativo que provocó la crisis.
Puede ser justo, pero es muy poco eficaz. Lo que hay que gravar fiscalmente es la propia actividad especulativa, especialmente los productos derivados y titulizaciones alejadas de la economía real, como recordaba Michel Rocard.
Porque no hablamos de vengarse de los yupis, sino de que la banca y, sobretodo, los mercados, vuelvan a estar al servicio de la economía real.
Para eso nacieron.
Eulogio López
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