1.- En un gesto insólito, la Custodia de Tierra Santa encargada a los padres franciscanos, que tienen a su cargo los lugares santos desde el siglo XIII, se ha dirigido a la Generalitat para pedir explicaciones por el comportamiento de su presidente, Pasqual Maragall, al conseller de Economía y Finanzas, Antoni Castells, y al líder de Esquerra Republicana de Catalunya, Josep-Lluís Carod-Rovira, por las bromas fotografiadas y grabadas que hicieron con una corona de espinas a la salida del Santo Sepulcro. El vicecustodio de Tierra Santa, el franciscano Artemio Vítores, ha calificado el hecho de burla a la Pasión de Cristo en el lugar más sagrado del Cristianismo.
2.- Es una vergüenza y una ofensa que, después de una visita a la iglesia del Santo Sepulcro, a pocos metros del Calvario, utilizando precisamente una corona de espinas, que representa el momento más trágico de la pasión de Jesucristo, el presidente de Cataluña y dos políticos de relieve hayan cometido tropelía de esta naturaleza.
3.- Es la primera vez que unas personas se atreven a parodiar un símbolo del Cristianismo en aquel lugar, con el agravante de que estas personas representan a los catalanes.
4.- Esta ofensa no es local, sino que se produce contra todos los cristianos del mundo, empezando por aquellos palestinos israelíes que son cristianos y que se han sentido maltratados en su propia casa.
5.- El hecho ha sido tan grave que ha merecido la protesta de todos los representantes de las distintas confesiones religiosas en Jerusalén y de la Conferencia Episcopal Española.
6.- Su comportamiento ha sido ofensivo, irrespetuoso, frívolo e irresponsable, y deja malparada la institución que representa.
7.- Por este motivo, instamos al presidente de la Generalitat en primer término, así como al conseller Castells y al Sr. Carod-Rovira, a que palien el daño cometido de la única forma posible: Presentando públicamente y de manera inmediata sus excusas a los cristianos del mundo y, de manera específica, a los palestinos y a la Custodia de Tierra Santa.