A ver si nos entendemos. La presidenta de la CNMV, Elvira Rodríguez (en la imagen), ha comunicado muy feliz que ha abierto expediente a nueve bancos por la gestión de las preferentes. Es decir, que el mismo órgano regulador -regido entonces por el socialista Julio Segura, que hizo caso omiso de los consejos de sus técnicos y permitió a los bancos vender participaciones preferentes a particulares- ahora les echa la bronca por venderlo.
Lo mismo ocurrió recientemente cuando el Banco de España hizo un informe demoledor sobre la compra por parte de Caja Madrid del famoso banco de Florida. Al parecer el informe llegó con muchos años de retraso, porque en su día el Banco de España aprobó esa compra -no pequeña compra- a Caja Madrid. Pero, en presente, el juez Elpidio, que así se llama, envió a Blesa a la cárcel.
Y dicho esto, ¿no resultaría más pertinente que Elvira Rodríguez abriera expediente a la organización que preside, es decir, a la propia CNMV
Por lo demás, con las preferentes volvemos a lo mismo. A mí me sorprende que cuando un director de sucursal llama a un depositante y le ofrece pagarle el 7% en lugar del 0,1% de una cuenta corriente o el 3% de un depósito a plazo fijo, el aludido no pregunte dónde está el secreto o, más sencillamente, por qué no le ofreció antes tan jugosa rentabilidad o, al menos, que le explique la letra pequeña del producto.
Por el momento, los preferentistas que se han ido a los tribunales han ganado en la mayoría de los casos. Eso supone que, en efecto, hubo dolo por parte de los bancos, pero también existe más de un 10% que han perdido, es decir, que no todos ellos eran la pobre viejecita engañada por el malvado director de la sucursal.
Ahora bien, niego la mayor, esa 'mayor' que aparee en muchas pancartas en la manifestación de preferentes: "No somos inversores, somos ahorradores". De eso nada: son ustedes inversores. No son especuladores, sí, pero la condición de inversores en busca de rentabilidad nadie se la puede quitar. Y cuando alguien invierte puede ganar, pero también puede perder. A eso se le llama riesgo.
Y, en cualquier caso, sigue vigente el mismo principio para abordar las crisis bancarias. Es decir, lo que está hundiendo a la economía española, porque comer, rascar y sanear -bancos- todo es empezar. Ahora Europa nos anima a pedir más fondos europeos. Oiga, que no son donaciones, son créditos.
Hispanidad lleva muchos años diciendo que la única forma de combatir las crisis bancarias es asegurar los depósitos y dejar que caigan los inversores -accionistas, preferentistas o cualquier otro- si la entidad no pudiera responder de esas inversiones con sus activos. Y nada de dinero público, ni un euro de dinero público para salvar bancos.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com