Los presentes querían saber cuál sería su reforma laboral alternativa o dónde recortaría el gasto público.
Enorme expectación en el desayuno de trabajo organizado en la mañana de este viernes por el Foro de la Nueva Economía. El hotel Ritz estaba lleno hasta la bandera, como nunca había estado. Rajoy, por fin, iba a hablar. La noticia había atraído la atención de muchos. Entre los empresarios se encontraba Rafael Villaseca, Díaz Ferrán, Baldomero Falcones, Alfredo Sáenz, Ángel Cano y Rato. Entre los políticos: Soraya, Cospedal, Soria, Pons, Esperanza, Gallardón, Enrique Múgica. Ausencias: No estaba Galán ni Botín ni FG.
¿Qué dijo Rajoy? Básicamente nada. No respondió a sus propuestas en materia laboral ni tampoco definió dónde metería la tijera en el gasto. Señaló lo obvio: tenemos que evitar duplicidades, hay que fomentar la formación profesional, debemos de tener un plan anticrisis, etc.
A destacar que él apuesta por un modelo de cajas en el que se pueda separar la actividad de la fundación de la bancaria. Dijo bancaria, no financiera, es decir, defiende el modelo del Banco de España de bancarizar las cajas. Además, propone constitucionalizar el techo de gasto y de endeudamiento siguiendo el modelo practicado recientemente en Alemania. Y en materia laboral, mucha mayor preocupación por facilitar el descuelgue que en definir las causas objetivas de despido. Conclusión: Un fracaso. La alternativa se ha pinchado. Balbucea en las preguntas incómodas, galleguea cuando no quiere responder, espiritualiza sus posiciones. Exactamente lo contrario de lo que dice que España necesita: certidumbre, certeza, coraje y plan. No hubo nada de todo esto.
Andrés Velázquez
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