Una vez superadas las barreras de la ultraactividad y el descuelgue, que hasta hace poco eran líneas rojas que los sindicatos no iban a cruzar, ahora solo queda pendiente el tema de los despidos.
Los sindicatos afirman que por ahí no pasan, pero si no se llega a un acuerdo entre sindicatos y patronal, el Gobierno ha puesto un nuevo límite -6 de junio, y ya no se sabe cuántas fechas límite han marcado- para llegar a un acuerdo. Sino, legislarán sin consenso. Y tal y como está el patio en el Gobierno, hasta nos podría sorprender con una legislación más cercana a los empresarios que a los sindicatos, lo que dejaría muy bien la figura de Zapatero ante los analistas extranjeros ya que cumpliría con la aplicación de las reformas, y que no podría empeorar más la que tiene con respecto a los españoles.
Y es que los empresarios quieren el despido libre. Lo camuflan en el despido a la chilena, con 20 días, pero con la salvedad de que sólo sería un año como máximo, no los que lleve en la empresa. ¡Eso sería demasiado caro!. Es un despido pagado, pero libre. Como los sindicatos se traguen ese sapo, se acabó su discurso, y CCOO y UGT tendrían los días contados. Lo único que les queda es que el Gobierno les salve y permita ese despido en la negociación colectiva. Ellos luego protestarían un poco y al poco tiempo, se olvidó. Y todos tan contentos.
Juan María Piñero
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