Sr. Director:
No puedo dejar de leer con cierto estupor el volumen de noticias que ha ocasionado la muerte del exdictador Pinochet. No cabe duda de que promovió un golpe de Estado mediante el cual se hizo con el poder. Lo que se nos oculta sistemáticamente -sin que ello pudiera justificarlo- son las razones de tal acción. Lo que no se dice o más bien no se quiere decir -lo que tampoco justifica sus acciones- es que él mismo permitió (¿acaso no era un dictador?) que exista la actual democracia en Chile.
Sí se nos dicen -aunque con cierta letra pequeña- que no llegaron a 4.000 los muertos durante su dictadura y ello me lleva a preguntarme, en voz alta; ¿por qué no se hace uso de esta increíble maquinaria de los mass media para denunciar la dictadura de China y la de Pakistán, Cuba, Siria, Libia, Etiopía, Sudán, Somalia, Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Corea del Norte, etc...? en donde se han masacrado a mucho más que 4.000 personas, no sólo por razones ideológicas sino de cualquier clase o acomodo?¿por qué determinados personajes adalides de la libertad no abren investigaciones sobre las atrocidades cometidas a españoles exiliados por la guerra civil -por ejemplo- en el régimen de Stalin, o en el de Fidel Castro? ¿Por qué tan deshonroso silencio de las cámaras de TV y de tantos periodistas de investigación y de nuestro propio Gobierno sobre tales regímenes?
No pretendo aminorar en lo más mínimo la culpabilidad del régimen que tuvo sin libertades a los chilenos durante tanto tiempo y menos aún exculparle de todos y cada uno de sus crímenes, pues con uno solo me basta, pero tras la sobreabundancia de información soportada en éstos días, respecto de un país que -y no se me ofendan los chilenos- no tiene influencia alguna en al espectro mundial, no deja de llamarme la atención que a tantos valientes se les caliente la boca tan fácilmente sobre este y nada, nada de nada, insisto, nada de nada digan de los casos que he citado (habiendo muchos más) muchísimo más asesinatos, incumplimientos sistemáticos de los derechos humanos, persecuciones por razones ideológicas y religiosas, no siendo noticia ni en las páginas interiores. ¿Nos hemos olvidado de Darfur? ¿Acaso a los países que he citado al principio se puede entrar libremente y transitar por sus tierras? ¿Ocurría lo mismo en el querido Chile? insisto, que no le justifico, pero no me negarán que tenemos una increíble, hipócrita y distinta vara de medir.
Rafa Llorente
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