Afortunadamente, los farmacéuticos se están rebelando contra la dispensación de la píldora del Día Después (PDD).

Se rebelan contra la presidenta del Consejo Superior de Colegio de farmacéuticos, Carmen Peña, quien, arrogándose a la representación de los boticarios españoles -falsa pues el sistema de elección es espurio- ha apoyado al Gobierno para cargarse el derecho a la objeción de conciencia. Se rebelan contra la información del Ministerio de Sanidad que, por supuesto, niega que la Norlevo o la Postinor sean abortivas cuando sí lo son. Se rebelan contra los laboratorios Chiesi y Bayer, que ocultan el carácter abortivo y las posibles consecuencias para la cliente de esta bomba hormonal.  

Esto empieza bien.

Eulogio López

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