El nacionalismo 'maragalliano-republicano' empieza a resultar seriamente molesto en Ferraz. José Bono no se ha quedado sólo en la crítica a la incompatibilidad entre el nacionalismo y la tradicional solidaridad predicada por el socialismo. El responsable del Área de Estado y Democracia del PSOE, Diego López Garrido, ha rechazado la propuesta de la Generalitat del mando único sobre las fuerzas de Seguridad del Estado en Cataluña. Garrido defiende que el aparato represor (o sea, el poder) debe de permanecer en Madrid, si queremos garantizar la unidad inquebrantable del proyecto político llamado España. 

De forma parecida se ha manifestado el secretario de Organización, José Blanco, que ha tratado de rebajar el tono de los mensajes nacionalistas lanzados desde Cataluña. De esta forma, el socialismo de Ferraz se suma a los mensaje del todavía presidente Aznar sobre la necesidad de mantener el esqueleto del Estado. "Se empieza pidiendo 17 agencias tributarias y se acaba solicitando 17 seguridades sociales y 17 ejércitos", señaló el castellano en la celebración de la Pascua Militar, recordando las declaraciones del presidente alemán, Johannes Rau, sobre la imposibilidad de mantener 14 estados federales.