El próximo día 26 de febrero hará 11 años que a un grupo de cristianos comprometidos se les ocurrió la idea de fundar el Partido Familia y Vida, para llevar a la vida política los principios irrenunciables de la Doctrina Social de la Iglesia, como son la familia, la vida y la libertad de enseñanza.
Para nuestra sorpresa, el proyecto no sólo no fue bien acogido por la mayoría de nuestros correligionarios, sino que se nos tachó de ingenuos y de quitar votos al PP, que era el mal menor. El resultado en las urnas en todas las elecciones habidas desde entonces ha sido el que se corresponde con este rechazo.
En todas estas ocasiones se enarbolaba la bandera del mal menor -incluso por algunos de los Pastores- para solicitar el voto de los cristianos al PP, a pesar de que éste partido no sólo no respondía a nuestros ideales, sino que cada vez los conculcaba más.
Once años después se demuestra que poner la confianza en el mal menor, en vez de hacerlo en nuestros altos ideales cristianos, lleva al fracaso total. El PP no sólo mantiene las aberraciones sociales introducidas por el PSOE, sino que incluso en lo económico está llevando a España a un abismo más profundo de aquél en el que la dejó Zapatero, lo que es casi una proeza; y en cuanto a corrupción no parece andarle muy lejos…
Si hace once años se hubiese secundado la semilla de un posible cambio, hoy tendríamos un partido consolidado y con una estructura suficiente para recibir el voto de tantos desencantados que están dando la espalda al PP. Pero como no se quiso arriesgar la cuestión económica para apoyar un ideal meramente social, hoy no hay alternativa netamente cristiana a la que podamos ir; y muy probablemente los frutos de los errores del PP se los lleve el PSOE, por simple alternancia política.
Todavía es momento de defender nuestros ideales -ahora que ya no tenemos economía que defender- y comenzar a poner las bases de una sociedad mejor. Existen formaciones políticas que defienden valientemente los valores cristianos [Familia y Vida, Alternativa Española, Comunión Carlista, SAIN]; si empezamos a apoyarles ahora, podremos tener un futuro.
Quizá sea la última oportunidad.
José Alberto Fernández López