Así tendría dos campeones nacionales (tres, porque Moncloa insiste en que ENEL-Acciona es una solución ‘española'). El problema es que ese planteamiento aboca a Florentino Pérez a vender Fenosa a La Caixa y luchar con Galán por el control de Iberdrola. El presidente de IB reniega de quienes "se envuelven en la bandera española y luego venden su participación a la menor oportunidad". En este momento, y tras el éxito de la absorción de Scottish, Galán es intocable
Era su gran día. Valencia, jueves 25 de marzo: Ignacio S. Galán, un hombre que no es precisamente rico por su casa, natural de Ciudad Rodrigo, presentaba a analistas y medios informativos (últimamente, los analistas son más numerosos que los periodistas, lo que pueden interpretarse como un síntoma) la nueva Iberdrola, que, si contamos la deuda, valdría 65.000 millones de euros, aunque lo esperable es que la capitalización se quede en unos 45.000.
Una fusión modélica. Amistosa, bien recibida por británicos y españoles, aprobada de forma mayoritaria (99% en Iberdrola, 97% en Scottish). No sólo eso, en pleno proceso de absorción, la absorbida aumenta su precio…. ¡y la absorbente también! Se ha comprado caro Scottish, sí, pero es que Iberdrola también estaba caro y el canje final ha sido excelente.
En resumen, el presidente de Iberdrola, Ignacio S. Galán, es, ahora mismo, intocable. Tiene las dos grandes cualidades de un buen directivo: gestiona el día a día y sabe ejecutar operaciones ‘inorgánicas'. O sea, une las cualidades de un buen presidente con las de un buen consejero delegado -figura ésta que, por cierto, no tiene la menor prisa en recuperar.
Ahora bien, Galán se ha convertido en la pieza central de un complicado tablero de ajedrez, más bien en el jugador a batir de una timba de póquer, donde se juega el futuro del sector económico europeo más importante hoy en día: el energético.
En primer lugar, hablemos del Gobierno Zapatero, nada intervencionista, por supuesto. Resulta que el equipo económico, o lo que queda de él, es decir, la Oficina económica de Moncloa, porque Pedro Solbes cada vez pinta menos, ha decidido que España necesita dos campeones nacionales. Tres, dicen en Presidencia, porque insisten en que la solución para Endesa, la opción de ENEL-Acciona, no es italiana, sino la mismísima esencia de la piel de toro. En cualquier caso, las otras dos opciones serían: que Florentino Pérez venda su participación en Unión Fenosa (40% y puede subir hasta el 46%) a La Caixa, para que la entidad catalana fusiones Repsol YPF, Gas Natural y Fenosa. La verdad es que en la entidad catalana no hacían ascos a una fusión a cuatro bandas: Fenosa, Iberdrola, Repsol y GN, pero pueden conformarse con tres. Así, ya tendríamos el segundo campeón nacional. El tercer elemento sería Iberdrola. Es decir, qeu ACS emplera el dinero obtenido en la venta del 40% de Fenosa y que siguiera comprando iberdrolas (ahora ACS se queda por debajo del 10%) y abrir la pugna por el control de la primera eléctrica española con Ignacio Galán.
Además, el plan del Gobierno viene impulsado por las exigencias de sus dos socios nacionalistas. CiU y PNV pretenden tener su "power" particular, una radicada en Bilbao y la otra en Barcelona, y que Endesa se quede en Madrid. Josu Jon Imaz –a quien Galán, vaya usted a saber por qué, no deja de agradecer que escribiera una carta a los nacionalistas escoceses para que permitiera a IB la compra de Scottish- quiere una Iberdrola multinacional, con sede en Bilbao, mientras CiU y el Tripartito no le hacen ascos a una Caixan petrolero-eléctrica (menos mal que los gallegos, donde nació Fenosa, parecen conformarse a su suerte).
Ahora bien, Galán no está por la labor de permitirle a Florentino el control de Iberdrola. Y ahora menos que nunca. De entrada, un planteamiento genérico, pero que parecía destinado a la constructora: "ACS tiene todo nuestro cariño. Ya he dicho que no creo en los accionistas estables, sino en accionistas contentos... Esos que se envuelven en la bandera española venderán su participación a la menor oportunidad... Mi trabajo consiste en que la participación de todos, también la de ACS, valga cada día más".
¿Fusión con Fenosa? Sí, pero a lo Scottish. Es decir, que ya se sabe quién mandaría, y que no iba a aceptar ni a Pedro López Jiménez ni a Honorato López Isla para compartir poder. Además, para eso se necesita que el Gobierno cambie la normativa Rato, y como ya hemos dicho no está por la labor.
Pero, ojo, a lo mejor Galán se ve forzado a pactar con Florentino. Porque lo que teme el Gobierno es que la francesa EDF y la alemana E.ON, monstruosa la una, escocida por su fracaso en la OPA la otra, se lancen a por Iberdrola, empresa rentable donde las haya, aunque su actual beneficio por acción haya sufrido con la fusión y con los flojos resultados del primer trimestre, donde el ebitda prácticamente se ha estancado. El Gobierno sabe que ni E.ON se ha marchado de España -se despidió con un "Hasta pronto"- y le encantaría regresar para atacar a Iberdrola, a Fenosa… o a las dos juntas. Lo de EDF es peor, porque tira con pólvora del Rey. Y ambos casos son palabras mayores.