Todo el mundo recuerda las graves tensiones entre Eguiguren y Rubalcaba a cuenta de las negociaciones con ETA narradas en un libro firmado por el secretario de los socialistas vascos y Luis Aizpeioelea, periodista del diario El País, Rubalcaba está cabreadísimo, llegó a decir.
Y seguramente lo esté de nuevo. Lo último que desearía Rubalcaba -en estos momento el candidato masculino del PSOE- es que Eguiguren abriera la boca para pedir una constitución vasca. Pues lo ha hecho. Sin encomendarse a Patxi López, que el sábado pasado estuvo apoyando a Rubalcaba, el secretario general de los socialistas vascos ha manifestado en el forum Europa Tribuna Euskadi que lo que procede ahora es desarrollar una política de pacificación y alcanzar "un gran pacto constitucional", a la vez que se declaró partidario de aprobar una Constitución vasca, "que no entre en conflicto con la española".
En palabras del dirigente vasco, es hora de afrontar, "y no porque lo pidan los nacionalistas", un nuevo consenso en Euskadi porque "han cambiado las circunstancias".
También señaló que no hay que decidir en Euskadi si se quiere ser vasco o español, porque "ahí perdemos todos y nos dividimos en dos, sino que lo que hay que abordar es un nuevo pacto, un nuevo consenso, una nueva Constitución propia", que comparó con la de los EEUU y consideró "una gran oportunidad para los vascos".
No han quedado ahí las palabras del audaz político. Eguiguren se atrevió a comparar la situación actual tras el parón del terrorismo de ETA con la situación de España tras la muerte de Franco: "Ahora que no tenemos terrorismo, que ETA ha hecho la única revolución que hacen los grupos terroristas, que es parar, estamos en condiciones de intentar hacer lo que los españoles hicieron en 1978".
El presidente del PSE añadió que existe "una flexibilidad en el manejo de la Constitución y el reconocimiento de los derechos históricos para ese nuevo consenso que no nos podíamos imaginar hace 30 años".
"Tenemos la paz, las condiciones para poder hacerlo", dijo, y puntualizó que "lo que no supimos hacer en el 78, al principio del constitucionalismo, ahora, a principios del siglo XXI, estamos en condiciones de hacerlo". Para el líder socialista vasco, "es hora de deshacerse de dogmas y principios antiguos".
Tras aplicar esa política de pacificación, cree que lo que vendrá será "la necesidad de replantearse lo que vamos a hacer los vascos el día de mañana".
Asimismo, manifestó que dado el número de víctimas, amenazados y encarcelados, "hemos estado ante un conflicto grande y de los graves" a nivel internacional. También se mostró partidario del reagrupamiento de presos vascos.
Sara Olivo
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