Si no me equivoco la libertad de conciencia ha existido siempre en éste país desde que se instauró la democracia, de la que todos están tan orgullosos y tiran de ella cada vez que les hace falta.
¿Por qué entonces no va a poder echar mano de ella una juez, un farmacéutico o cualquier otro ciudadano que viva en este país tan democrático?
Todos tenemos derecho a apelar a la objeción de conciencia cuando algo va en contra de nuestros principios, y no nos pueden negar ese derecho por ser un funcionario del Estado, por ejemplo.
Dejémonos de hipocresía y seamos consecuentes con todo lo que un Estado democrático implica. Cuando están en juego cosas tan importantes para un país no valen los "sí" a medias.
Esther Estrada Reina
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