Las plusvalías del Sabadell no servirán, desde luego, para reflotar la OPA de Gas Natural sobre Endesa. No. El director general de La Caixa, Isidro Fainé, quiere una Caixa más desligada de la industria, más financiera. Como el Banco de España sigue pesadito con que las cajas no deben tener bancos, las entidades están pensando en  comprar bancos en el extranjero. Pero La Caixa es más sutil aún. Lo que quiere es expandirse como tal caja por el mundo mundial y, en concreto, por Europa del Este. De hecho, acaba de aprobar la apertura de una oficina de representación en Rumanía. Pequeña punta del iceberg que no dice nada, pero lo indica todo.

A poco que lo piensen, convendrán en que el giro es copernicano. Gradualmente, por supuesto, pero el hecho es que La Caixa sigue el esquema Botín hasta convertirse en una entidad financiera pura y, encima, en mercados emergentes. Así, está abandonando Francia y Andorra y prefiere dar el salto hacia zonas con mayor morosidad, pero también con más margen.

No olvidemos que el director general, Isidro Fainé, se curtió como banquero en Hispanoamérica, en países cuyos sistemas bancarios, por aquel entonces, se parecían mucho a los nuevos países emergentes de Europa del Este.