Sr. Director:
Soy un miembro de la generación que fuimos estudiantes universitarios en los 70 previos a la Transición. Este hecho me hace valorar de forma especial las libertades de los ciudadanos para expresarse y defender públicamente sus convicciones. Por ello, me resulta muy doloroso ver cómo ciertas libertades se pretenden negar bajo el argumento de "caducidad", "manipulación", etc.
Como puede deducirse, me refiero a la libertad religiosa en nuestro país. Nunca, desde nuestro inicio en la democracia, unas libertades han sido tan cuestionadas y minusvaloradas. Ruego a nuestro Gobierno reflexione sobre el hecho y sus motivaciones y valore su talante democrático sin hacer excepciones ni marginar "ideológicamente" a quienes tienen este derecho y, además, no son, como todos sabemos, precisamente una minoría.
Mireya Santos
msantoslozano@yahoo.es