La historia de Endesa es muy triste pero muy significativa del proceso de desindustrialización de España. Dos españoles riñen por el control de la gran compañía eléctrica antaño estatal, y, al final, se aprovecha un extranjero. Bueno, con un intermediario también español, llamado, José Manuel Entrecanales, al que el inefable presidente Zapatero llamó para "salvar la españolidad" de Endesa y lo que hizo fue pegar un pelotazo y cederla a un Estado, ni tan siquiera a un privado, foráneo. Para ser exactos, a ENEL, es decir, al Estado italiano.
Pero la pérdida de Endesa, empresa en verdad estratégica, tenía que contar con 'bien pagaos' españoles, que sirvieran como coartada a la desespañolización de la compañía. Entre ellos, Borja Prado Eulate, que sigue cobrando como presidente de Endesa, mientras los italianos de ENEL jibarizan la compañía y utilizan su capacidad de generación de recursos para salvar a una matriz, ENEL, que ha jugado a endeudarse -con 'rating' público, claro- hasta mucho más allá de lo que aconsejaba la prudencia. Es evidente que, si compras con deuda, tienes que pagar esa deuda desguazando lo comprado.
Endesa es una historia de patriotismo económico español, di que sí.
Eulogio López
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