Pero es que además concurren las siguientes circunstancias. El actual director general de Caixa Catalunya fue director general de Caixa Manresa y dejó en su puesto a una persona de su confianza. A esto hay que sumar que el director general de Caixa Tarragona es un ex empleado de Caixa Catalunya. Es decir, todos se conocen y quedan a comer.
Por lo demás, como ya hemos informado, el Banco de España no exige fusiones sino ajustes. Es decir, recortes de plantilla y cierre de oficinas. Así que las fusiones son un medio, no un fin. Y habida cuenta de lo difícil que es mover las poltronas de las cajas, lo más probable es que las fusiones vayan mucho más lentas que los ajustes. Y desde luego la que ahora se encuentra en los mentideros está más que verde.