Vamos a ver: por vez primera desde 2004, José Luis Rodríguez Zapatero se ha convencido de que su desastrosa gestión de la crisis económica puede hacerle perder las elecciones. Ahora sí, el sesgo de las encuestas dan ganador al PP. Por tanto, es necesario convertir a los acomplejados centro-reformistas de Rajoy en un partido que aparezca como un criadero de corrupción, frase que, por pura casualidad, ha aparecido en portada del diario El País el pasado fin de semana.
No nos engañemos, los casos de corrupción contra el PP se van a disparar, y el PP intentará hacer lo propio con el PSOE, aunque no dispone de los medios del Gobierno ni del control que este posee sobre piezas clave del poder judicial y de la Fiscalía (sobre todo de esta última).
No nos engañemos. La fórmula mágica para triunfar en democracia, al menos en la corrupta democracia española, consiste en disponer de un juez y un medio de comunicación que amplíe la información. Con esos dos elementos, cualquier partido político puede destrozar al adversario. A ello se une la circunstancia del sistema procesal español, donde los jueces admiten todo tipo de casos -por estúpidos que resulten- y que el pueblo se ha acostumbrado de que cuando alguien está imputado es porque, seguramente, resulta culpable.
Mientras mantengas este esquema y, sobretodo, mientras controles la fiscalía, puedes imputar a cualquiera, independientemente de que sea inocente o culpable, porque en España, imputación es sinónimo de culpabilidad. Tanto es así que la prensa, especialmente, la del PSOE, exige que, por higiene democrática, todo imputado presente la dimensión, sea inocente o culpable.
Lo mismo con las escuchas: si tiene una Fiscalía a su servicio, que observa indicios en alguien, en cualquiera, por ejemplo del otro bando político, pide una escucha que el juez acepta de inmediato. Y seguro que si no sale lo que buscas, sale otra cosa. Vaya que sí.
¿Significa eso que todos los casos en que ha sido imputado el PP sean falsos? No, por supuesto que no. Significa tan sólo que tan corrompido está el PSOE como el PP, sólo que el PSOE es más listo y utiliza en su favor las instituciones del Estado sin complejo alguno, mientras la formación conservadora es prisionera de sus complejos eternos.
Podríamos decir que el PSOE es un especialista en corrupción legal, o utilización de las instituciones del Estado por parte del Gobierno y que el PP, perdidos sus valores cristianos, ha dado en un club de arrebatacapas preocupados por medrar a cualquier precio y por ponerse zancadillas unos a otros. En definitiva, el modelo ZP frente al modelo Gallardón.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com