Sr. Director:

No entiendo que se presente la futura desaladora de El Prat como la solución definitiva y más ecológica para solventar la escasez de agua que padece Barcelona.

Una desaladora de las dimensiones que se quiere construir (la mayor de España) comportará un extraordinario consumo de energía además de verter al mar toneladas de salmuera, el residuo que produce la desalación, conteniendo productos químicos utilizados en el tratamiento del agua, lo que afectará negativamente a la flora y fauna del entorno marino.

Tiene muy poco de ecológico una enorme mole de cemento en primera línea de mar, concretamente en la desembocadura del río Llobregat, que consumirá 600.000 kw. diarios de electricidad, emitirá CO2 y verterá sus desechos a 3 kilómetros frente a la costa y todo esto en las proximidades del espacio natural del delta del río.

Me sorprende el silencio de algunos ecologistas, otras veces tan activos.

José Miguel Velasco

jmvelasco@hispavista.com