La Ley de Igualdad conmina al Gobierno a que en los nombramientos de altos cargos públicos se tenga en cuenta también en cuenta el criterio de igualdad. En realidad no se trata de igualdad, sino de una presencia de la mujer no inferior al 40%. Y casi lo consiguen. De los 11 altos cargos nombrados este viernes como consecuencia de la minicrisis de Gobierno, 4 han sido mujeres. Y curiosamente, aquí sí que la vicepresidenta De la Vega ha instado a los periodistas a que se fijen en los nombramientos.

En Exteriores y Cooperación, los tres embajadores son varones. Y es que en esta escala de la carrera diplomática, la presencia de mujeres sigue siendo muy minoritaria. En cambio, Alonso se ha apuntado con entusiasmo a la paridad. La subsecretaria de Defensa, la secretaria general técnica son mujeres, mientras que el director de gabinete y el director general de comunicación, son varones.

Pérez Rubalcaba tampoco cumple. De los tres nombramientos, sólo una es mujer, Lourdes Camino Meltzer, directora general de relaciones informativas y sociales. O sea, su dircom. Por último, en Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera hace pleno. De momento. Sólo ha realizado un nombramiento, y ese uno ha recaído en una mujer, Carmen Balsa Pascual, directora del gabinete de la ministra. ¡Ay! ¡Qué ridículo es esto de la paridad!