Si la operación sale la mal, la culpa se la echarán a AENA por estrangular el crecimiento de la compañía

La operación de compra de Spanair sigue siendo una nebulosa, pero más allá de quienes pongan la cara, parece claro que el dinero lo pondrán Catalana de Iniciatives (el INI catalán, cuyo vicepresidente, Rafael Suñol, es un tradicional banquero afín al PSOE), Instituto Catalán de Finanzas (el ICO catalán) y Turismo de Barcelona (el INI de la Ciudad Condal). ¿El objetivo? Poner a Barcelona en el mapa. Es decir, lograr que Cataluña -que es una nación, según el Estatut- tenga una compañía de bandera. Pero además de una compañía de bandera, un hub, que permita operar desde Barcelona a cualquier parte del mundo sin tener que pasar por Madrid. En resumen: paletismo no catalán, sino del gobierno catalán, que no es lo mismo.
Lo malo es que puede que la operación no salga tan redonda. En primer lugar porque Lufhtansa ya ha dicho que le parece muy bien, pero que el hub por el que se opere tendrá que ser Francfort. De esta manera uno se evita pasar por Madrid, pero Barcelona sigue sin estar en el mapa. Además, desde Madrid, alguien le dirá que ya está bien eso de antes alemanes que madrileños y que la financiación autonómica no está para que el dinero de los españoles sirva para hacer ricos a los alemanes por cuestión de paletismo.
Segundo. SAS -la matriz- está en venta. Y puede que acabe en manos franceses. En tal caso, en lugar de operar por Francfort, operaría por Paris. Todo un adelanto.
Pero es que hay más. Resulta que Lara está encendido porque Catalana de Iniciatives en la que participa ha entrado en el proyecto. Y claro, Lara es propietario de Vueling, que sí que tiene posibilidades de ser la compañía de bandera catalana. ¿Por qué hacer una segunda apuesta? Probablemente Lara no da las garantías suficientes de catalanidad. Piqué, menos.
Desde el PP, silencio. Al fin y al cabo es Joan Gaspar (vicepresidente de Turismo de Barcelona) quien está en la pomada del proyecto. Y Gaspar ha sido siempre el protector de los hermanos Fernández que gobiernan el PP catalán desde hace décadas. Pero lo que más morbo tiene es que a través de Gaspar, los socios Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual vuelven a regresar a la compañía de donde les echaron los suecos de SAS tras haber vaciado la compañía.
Y a todo esto, ¿a cuánto asciende la dolorosa? De momento, Spanair ya ha perdido 40 millones de euros el año pasado y cuenta que tienen reservas hasta 280 millones de euros. ¿Lo permitirá la Comisión Europea? Es verdad que muchas aerolíneas de bandera son subvencionadas por debajo de la mesa por sus gobiernos por cuestiones estratégicas. Pero no se había dado el caso de que también las regiones se sumaron a esta práctica anticompetitiva. De momento, sólo UGT parece mostrarse molesta por una operación con demasiado tufillo político. Y político rancio. De boina. O barretina, si prefieren. Incluso ya tienen preparado el argumentario en caso de que la cosa salga mal: la culpa la tiene AENA por haber estrangulado el crecimiento de la compañía. ¿Qué haría Cataluña sin el chivo expiatorio de Madrid?
Con la barretina calada, ERC no puede soportar que la compañía de bandera catalana lleve el nombre de España. Así que ya se ha abierto el concurso para el cambio de la marca. ¿La excusa? Desde el accidente de Barajas está gafada. Y los españolitos a pagar las aventuras paleto-empresariales auspiciadas por el tripartito para colocar Barcelona en el mapa aéreo.