Toda vez que el portugués BCP ha vendido casi toda su participación del Banco Sabadell (sólo le queda un 2%), La Caixa se encuentra más cerca de hacer realidad su sueño de hacer un banco ibérico.

El modelo que persigue Ricardo Fornesa es el Banco Popular, presente en toda la Península, tras su fusión-absorción con el Banco Nacional de Crédito Inmobiliario (BNC), de Americo Amorim. La Caixa posee el 15% del Banco Sabadell, aunque no participa en la gestión. Al mismo tiempo, el BCP, que antaño quiso hacerse con el Sabadell (precisamente por eso acudió a La Caixa, en calidad de caballero blanco defensivo), ha pactado con el banco catalán un cruce de participaciones en situación de igualdad.

Naturalmente, la gran dificultad para que La Caixa consiga su objetivo es el Gobierno portugués, que no está dispuesto a ceder sus entidades así como así.