El presidente y primer accionista de Sacyr-Vallehermoso, Luis del Rivero, aparece en una foto del diario El País hundido en un sillón, derrengado. No es para menos. Al menos el abajo firmante ha contado cinco entrevistas el mismo día (El País, El Mundo, Expansión, La Gaceta y Cinco Días). Este pobre hombre debe estar agotado. Y aún más llamativo: en un principio creí que se trataba de una entrevista de agencia, reproducida por varios diarios pero no, los mensajes eran los mismos porque el emisor repetía las mismas ideas, pero los plumíferos recipiendarios eran distintos, vaya que sí.
Ideas que eran como torpedos en la línea de flotación de Repsol en general y de Antonio Brufau en particular:
1. Si no sube usted el dividendo se marcharán todos los inversores -fondos- y la cotización se irá al suelo.
2. No comento la gestión de Antonio Brufau como presidente ni digo si debe continuar en la Vicepresidencia. O sea, que se vaya.
3. Isidro Fainé y yo somos uña y carne.
4. Se deben vender Argentina y Brasil.
5. Repsol y Gas Natural no deben fusionarse.
¿Son verdad? Sí pero no. El punto vital, como ya he repetido en otras ocasiones, es saber si la identificación de posturas entre Caixa y Del Rivero es claro y nítido.
A ver si centramos todo esto. Los mensajes de las cinco entrevistas han calado en la peña periodística, pero no en La Caixa y han molestado a los analistas bursátiles. En la peña periodística sí: el rumor de la mañana de autos, martes 1 de diciembre, era que Brufau arrojaba la toalla. No, Brufau está más encorajinado que nunca y más en contacto que nunca con Isidro Fainé. Está crónica está encabezada por un titular que parece anodino. No lo crean: el Barça-Madrid demuestra que entre Brufau y Fainé puede separarles un río ancho y caudaloso, pero siempre se podrá cruzar por el puente del palco del Camp Nou (Fainé es más culé que Brufau).
A Fainé incluso le ha molestado el empeño de Luis del Rivero en hablar de confluencia de pareceres entre el primer accionista y el segundo. Es cierto que Fainé puede pensar que, a medio plazo, Brufau debe buscarse su caballero blanco y que la empresa energética de La Caixa es Gas Natural, no Repsol, pero los tiempos de Fainé y los de Del Rivero no son los mismos.
El ejemplo de los activos en Brasil y Argentina son muy claros. Fainé quiere que Brufau venda YPF pero no le mete prisa en Brasil, porque sabe que vender ahora sería malvender.
Por otra parte, algunos de los accionistas de Sacyr ya piensan en la mencionada Gas Natural. En otras palabras, que Repsol venda su 30% de GN. Para La Caixa, hacerse con el control total de Gas y vender Repsol no sería una tontería: sería la fisión definitiva entre la petrolera y la entidad catalana. Sólo como juego matemático, recordemos que Gas Natural vale hoy 13.000 millones de euros mientras que la capitalización de Repsol es de 23.000 millones. Y ojo, Sacyr tiene minusvalías en la petrolera; La Caixa, plusvalías.
Eso sí, la quíntuple intervención mediática de Luis del Rivero no ha gustado en el mercado. Los analistas no entienden que el vicepresidente de una compañía, de la que posee el 20% del capital, asegure que si no sube el dividendo los fondos se marcharán. No está bien visto que un accionista ponga en riesgo la propia cotización. Eso sí, con escaso éxito. Al menos, en la sesión del martes, Repsol subía por encima del IBEX. En cualquier caso, gran sorpresa, como la provocada por la otra idea: no responder a la pregunta, requete formulada, sobre si Brufau es el hombre indicado para llevar Repsol. Si un vicepresidente no responde a esa pregunta en público, en privado, en el Consejo de Administración, está obligado a exigir la dimisión del presidente puesto en tela de juicio.
Lo del Camp Nou es una imagen en toda regla: Brufau no tiene la menor intención de dimitir y, por el momento, La Caixa no se lo va a exigir ni se va a unir con Sacyr para conseguirlo. No, Brufau no dimite. Además, ahora ha encontrado petróleo en Neuquen: es posible que ya no venda ni YPF a los chinos.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com