Nadie puede negarle a Ignacio Galán que cuando golpea, golpea fuerte. En su presentación de los resultados de Iberdrola correspondientes a los nueve primeros meses del ejercicio, arremetió contra la energía solar, especialmente contra la termosolar, las de las grandes centrales, que, por pura casualidad, tiene dos líderes en España: ACS, su principal adversario y Abengoa.
Pero tiene toda la razón. Tanto la energía fotovoltaica como la termosolar nos están saliendo carísimas. Eran las energías verdes de Zapatero (Iberdrola es el líder mundial en otro tipo de energía, la eólica, que también precisó subvenciones pero que hoy resulta mucho menos onerosa) que han disparado el déficit de tarifa. Asegura Galán, si renunciamos a la termosolar -por ejemplo, si renuncia Florentino- no tendríamos que subir la tarifa, y también recuerda que "la fiesta verde solar" nos ha salido por 250 euros a cada consumidor".
Y hablando del presidente del Real Madrid, Galán se niega a los requerimientos de los hermanos Juan y Carlos March, con Rodrigo Rato como instrumento, para terminar la guerra ACS-Iberdrola por el procedimiento de que la segunda absorba a la primera. El presidente de Iberdrola considera que esa operación no beneficia a Iberdrola sino al Grupo March y a los Albertos. Pero tampoco puede mantenerse una guerra de forma indefinida, con denuncias cruzadas en los tribunales.
Las cuentas. Iberdrola sigue creciendo, ahora en Brasil. Estados Unidos ya supone una importante aportación de fondos y el negocio regulado sigue siendo la base. De hecho, lo más preocupante de la cuenta de resultados durante los nueve primeros meses del ejercicio es que el resultado de explotación -ebitda- se ha estancado.
Eulogio López
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