La imagen de Holanda como prototipo de sociedad permisiva llega a su fin. El nuevo Gobierno quiere dar paso a un clima de mayor responsabilidad social combatiendo abiertamente ante la prostitución y la droga.
La legalización de la prostitución en 2000 no favoreció la desaparición de las redes clandestinas: aumentó el tráfico de mujeres, la explotación y las tramas criminales en torno a estos negocios.En Amsterdam se ha cerrado un tercio de los escaparates del barrio rojo, donde se exponen prostitutas, durante años reclamo turístico. Charles Geerts, dueño de edificios en los que alquilaba a prostitutas 20 escaparates de los 50 que existen, los ha puesto en venta. Y se ha comprometido a no invertir su capital en el mismo tipo de negocio o en el de la droga.
Los ministros de Justicia y Sanidad incluirán las setas alucinógenas en la llamada Ley del Opio, que considera ilícito el uso de estupefacientes. Turistas jóvenes de fin de semana acuden a Holanda a comprar drogas blandas y a beber. La combinación es peligrosísima. En 2004 se registraron 55 incidentes; en 2006, 128.
Existen 180 puntos de venta de estas setas, 40 en Amsterdam. La prohibición no es sólo por las molestias que causan en los alrededores. También por el efecto imprevisible del consumo. Las setas provocan alucinaciones peligrosas, comparables con el LSD, y a veces la muerte.
Clemente Ferrer Roselló
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