De la vicepresidenta primera (en la imagen) me gusta más su capacidad que su sinceridad. En la sesión de control al Gobierno del miércoles le dio un baño a su tocaya, la portavoz socialista Soraya Rodríguez. Ésta se daba a la soflama mientras Soraya le respondía con argumentos. En efecto, para amnistía fiscal la de los pagarés del Tesoro, los famosos petés de don Miguel Boyer, quien no sólo condonaba al defraudador sino que le remuneraba el dinero negro. Además, lo ha conseguido apenas horas antes de conocerse que Luis Bárcenas, el amigo de todos los miembros y miembras del Partido Popular, sí que se había acogido a la amnistía fiscal del Gobierno Rajoy para blanquear sus famosos millones suizos.
Pero ahora, la vicepresidenta ha recaído en su gran defecto. Ni una abogada del Estado puede convencernos de que la Cumbre Iberoamericana, celebrada en Cádiz, fue un éxito. Además de las ausencias, como la de la insigne presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, el indigenismo, en toda su retahíla de chorradas, sigue ganando adeptos en Hispanoamérica, y por tanto, el carácter hispano que España sembró en aquellas tierras no atraviesa su mejor momento. Por eso la dictadura cubana ingresa en la Organización de Estados Americanos (OEA) y por eso a España se le respeta cada vez menos en el mundo hispano.
Un detalle económico: ni la Cumbre de Cádiz ni la más reciente cumbre chilena UE-Hispanoamérica ha conseguido que las inversiones españolas en Iberoamericana gocen de la debida protección. En estos momentos, empresas como Telefónica, Endesa, BBVA, Santander, Gas Natural, etc., tienen empantanados fondos en Iberoamérica que, sencillamente, los muy progres defensores del pueblo, Rafael Correa, Hugo Chávez, la mencionada Cristina Fernández, Evo Morales y cía, no permiten repatriar. Eso por no hablar de las expropiaciones impagadas. A España se le toma el pelo en el mundo hispano.
Mientras, el Gobierno español continúa permitiendo que los dictadores hermanos Castro, tan patéticos ellos, masacren a la dictadura
Soraya, no te pases: la cumbre fue un fracaso y mientras España no se haga respetar y se enfrente a los dictadores hispanoamericanos, defendiendo a los represaliados por estos, no se podrá hablar de éxito. Ni de lejos. Y lo peor es eso: que los hispanoamericanos necesitan, otra vez, que la madre patria les devuelva la libertad, de la que ahora, con todas las excepciones que quieran, que las hay, carecen.
¿Por qué mientes Soraya
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com