El informe sobre Educación del Círculo, cuya publicación lleva más de dos años aplazada, asume los poco liberales postulados del Partido Popular: no hay que financiar a los padres, sino a los patronos de la enseñanza, conciertos frente a bono escolar. En el Círculo están convencidos de que hay Zapatero para rato; por lo menos, para dos legislaturas. 

Todo el debate público sobre educación no estriba en la calidad de la enseñanza una obviedad- sino en cómo se financia esa enseñanza de calidad. Así, la izquierda, y aquí introducimos al PSOE, ha optado por la enseñanza pública; la derecha, el Partido Popular, por el concierto, o financiación de la enseñanza pública y de la privada desde el Estado. Salvo partidos minoritarios, ninguna fuerza ha optado por la tercera vía, la más liberal, que es el cheque escolar: financiar directamente a los padres para que elijan el colegio al que quieren llevar a su hijo, sea público o privado.

El Círculo de Empresarios pasa por ser el think thank español de pensamiento económico más liberal. Desde luego, mucho más que la patronal CEOE y el Instituto de Estudios Económicos, y más que la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), más tecnocrática y más próxima al empresariado socialdemócrata afín al PSOE. Pues bien, el Círculo lleva más de dos años y medio sin publicar su informe sobre el sistema educativo. La pieza clave de ese informe iba a ser el cheque escolar, como financiación ideal para introducir competencia en el sistema educativo, tanto en centros públicos como en privados, para mejorar con ello la calida de la enseñanza y para, lo más importante, reducir el poder de sindicatos y patronos en la escuela y otorgárselo a los padres de los alumnos. El cheque escolar es tan temido por los funcionarios de la enseñanza pública como por los patronos de la enseñanza privada.

Pues bien, la llegada de Claudio Boada a la Presidencia del Círculo, así como el fichaje de Belén Romana (directora general de la Vicepresidencia Económica, tanto con el Gobierno Aznar como con el Gobierno Zapatero), ha servido para dar un viraje al ideario, que ahora intenta aproximarse más a lo políticamente correcto. En materia educativa, desde luego, hacia los presupuestos del Partido Popular de Mariano Rajoy. Boada paralizó los informes en preparación, y la responsable de esos estudios, el puesto clave en el Círculo, la ex directora general del Tesoro, Belén Romana, se ha encargado del viraje definitivo. Así, el informe sobre el Sistema Educativo, que elabora Alberto Perol, ya no tendrá por conclusión básica la petición de que se implante el cheque escolar, sino la calidad de la enseñanza, un concepto mucho más neutro, mucho más genérico y mucho menos comprometido.

Todos ellos, adjetivos muy propios de Claudio Boada y Belén Romana, dos personajes que nunca se han caracterizado por un ideario firme ni por su adscripción a ninguna corriente intelectual o ideológica. Ambos son partidarios del establishment.

Una nueva línea de actuación que, en materia educativa, se concilia muy bien con el actual centro-reformismo que impera en el Partido Popular de Mariano Rajoy (salvo cuando se trata de la cuestión territorial). Mejor dicho : no tan nueva. El pasado lunes 28, la responsable de Educación y Sanidad del Partido Popular, Ana Pastor, reunía a los representantes del profesorado, sindicatos y asociaciones de profesores. El comunicado oficial emitido por el Partido Popular se parece, como dos gota de agua, a la idea del Círculo sobre su educación, que se plasmará en un informe, por cuyo alumbramiento Claudio Boada no alberga prisa alguna. El bono escolar (fórmula como los economistas se refieren al cheque escolar) ha dado paso a la calidad en la enseñanza.

Ante la ambigüedad mostrada por las autoridades educativas del Partido Socialista, el PP considera las siguientes líneas de actuación, que conforman la Ley de Calidad, y que, a su juicio, resultan imprescindibles para lograr la mejora del sistema educativo :

  1. Ofrecer un sistema de oportunidades educativas de calidad que alcance a todos.
  2. Reconocer los valores del esfuerzo y de la exigencia personal como principio educativo.
  3. Mejorar la función docente y el reconocimiento institucional y social del profesorado.
  4. Promover el fortalecimiento institucional de los centros educativos públicos, su autonomía y responsabilidad.
  5. Reforzar la cooperación entre familia y centro educativo.

Hay que reconocer que es el Círculo de Claudio Boada, quien sustituyera a Manuel Azpilicueta en la Presidencia de esa entidad, el que se aproxima al Partido Popular, no al revés. Mariano Rajoy y su hombre de confianza, Ana Pastor, no han hecho otra cosa que ratificar las conclusiones del debate interno del Partido, nada más subir al poder. Entonces, también se planteó el debate entre los partidarios del cheque y los partidarios de los conciertos. Ganaron estos últimos, porque se entendía que el electorado natural del Partido Popular, muy militante en este punto, era la patronal de la enseñanza privada, no los padres de familia, que, aunque más numerosos, tenían otros muchos motivos para decidir su voto.

Por contra, en otros puntos, como por ejemplo la política presupuestaria de Pedro Solbes, el tanque de ideas más famoso de la economía española se aproxima al PSOE. En la sede del Círculo nadie tiene empacho alguno en reconocer que Solbes inició la política de estabilidad presupuestaria, que luego continuó y llevó a su cenit Rodrigo Rato. Sólo discrepan de la elevación del salario mínimo interprofesional, pero eso resultaba más bien previsible. En definitiva, la etapa Boada se caracteriza por una identificación total con el Partido Popular, que no con sus postulados más liberales, así como un intento de acercamiento, más bien gestual, al Partido actualmente en el poder. Y es que en el Círculo están convencidos de que hay Zapatero para rato.