Y las autoridades gibraltareñas lo aprovechan: la policía del Peñón vuelve a acosar a un pesquero español en vísperas de la reuniónEste viernes tendrá lugar la primera reunión de las comisiones técnicas de Gibraltar y los pescadores campogibraltareños creadas para solucionar el conflicto suscitado desde hace tres meses, cuando las autoridades del Peñón impidieron faenar en determinadas zonas de la Bahía de Algeciras (Cádiz). La reunión comenzará a las 16.00 horas.
De manera unilateral, ese gran 'amante' de España que es el ministro principal de la Roca, Fabián Picardo, dio por muerto el acuerdo vigente desde 1999 que permitía a casi 300 pescadores gaditanos faenar en las aguas en disputa. Picardo, que desbancó del poder a Caruana en los comicios de diciembre pasado, arremetió en campaña electoral contra el acuerdo de 1999 al que se llegó con Caruana porque, en su opinión, va contra una ley gibraltareña de protección medioambiental de 1991.
La intención de los pescadores españoles, lógicamente, es que se vuelva a la situación tras el acuerdo de 1999 para poder faenar a una distancia superior a los 225 metros de la línea de la costa gibraltareña.
Y hete aquí el quid de la cuestión. Porque según publicó recientemente El Confidencial Digital, Gibraltar ha puesto una trampa a los pescadores españoles ya que, en caso de firmarlo, estos reconocerían implícitamente la jurisdicción de Gibraltar sobre una aguas que son españolas. Y ahí se encuentran en una tesitura, pues el Peñón ya les ha comunicado que si no lo reconocen les impedirán seguir ganándose la vida como lo han hecho durante generaciones.
Además, el mismo Confidencial Digital publicaba poco después que la comisión de expertos que decidirá sobre la pesca en aguas próximas a Gibraltar está formada exclusivamente por británicos. Los pescadores españoles no propusieron a ningún candidato y por esa razón vuelven a estar en situación de desventaja con respecto a Gibraltar.
De esa manera, mal asesorados, los pescadores españoles pueden meterse en un lío, en la trampa que les tienda el listo de Picardo, que desde entonces utilizará ese acuerdo siempre que le venga en gana. El Gobierno español, José Manuel García-Margallo, ha abandonado a los pescadores españoles.
Y, además, poco a poco, España va cediendo terreno y lo va ganando el Peñón. Y episodios hay muchos: los gibraltareños están ganando terreno al mar de manera ilegal, construyeron un aeropuerto y desde allí se piratea que da gusto. Porque hay más sociedades que habitantes tiene el Peñón y llevan allí sus submarinos nucleares a reparar -lejos de 'Britannia', claro-.
Como dijo recientemente el propio Picardo en una entrevista en la COPE, España utiliza el Tratado de Utrecht (1713) cuando le viene en gana y cuando no, no. Igual que hace Picardo, claro.
Así que la única solución es no basarse en el Tratado de Utrecht, sino volver al estado original de Gibraltar antes de ser invadido por los británicos, o sea, un Gibraltar español. Y para ello, como no es bueno utilizar la fuerza -que es lo que habría que hacer, pues los británicos sólo entienden ese lenguaje- porque una guerra en este caso no estaría justificada moralmente- habrá que buscar otras medidas más diplomáticas. Las que propuso el director de Hispanidad, Eulogio López, son perfectas.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com
De manera unilateral, ese gran 'amante' de España que es el ministro principal de la Roca, Fabián Picardo, dio por muerto el acuerdo vigente desde 1999 que permitía a casi 300 pescadores gaditanos faenar en las aguas en disputa. Picardo, que desbancó del poder a Caruana en los comicios de diciembre pasado, arremetió en campaña electoral contra el acuerdo de 1999 al que se llegó con Caruana porque, en su opinión, va contra una ley gibraltareña de protección medioambiental de 1991.
La intención de los pescadores españoles, lógicamente, es que se vuelva a la situación tras el acuerdo de 1999 para poder faenar a una distancia superior a los 225 metros de la línea de la costa gibraltareña.
Y hete aquí el quid de la cuestión. Porque según publicó recientemente El Confidencial Digital, Gibraltar ha puesto una trampa a los pescadores españoles ya que, en caso de firmarlo, estos reconocerían implícitamente la jurisdicción de Gibraltar sobre una aguas que son españolas. Y ahí se encuentran en una tesitura, pues el Peñón ya les ha comunicado que si no lo reconocen les impedirán seguir ganándose la vida como lo han hecho durante generaciones.
Además, el mismo Confidencial Digital publicaba poco después que la comisión de expertos que decidirá sobre la pesca en aguas próximas a Gibraltar está formada exclusivamente por británicos. Los pescadores españoles no propusieron a ningún candidato y por esa razón vuelven a estar en situación de desventaja con respecto a Gibraltar.
De esa manera, mal asesorados, los pescadores españoles pueden meterse en un lío, en la trampa que les tienda el listo de Picardo, que desde entonces utilizará ese acuerdo siempre que le venga en gana. El Gobierno español, José Manuel García-Margallo, ha abandonado a los pescadores españoles.
Y, además, poco a poco, España va cediendo terreno y lo va ganando el Peñón. Y episodios hay muchos: los gibraltareños están ganando terreno al mar de manera ilegal, construyeron un aeropuerto y desde allí se piratea que da gusto. Porque hay más sociedades que habitantes tiene el Peñón y llevan allí sus submarinos nucleares a reparar -lejos de 'Britannia', claro-.
Como dijo recientemente el propio Picardo en una entrevista en la COPE, España utiliza el Tratado de Utrecht (1713) cuando le viene en gana y cuando no, no. Igual que hace Picardo, claro.
Así que la única solución es no basarse en el Tratado de Utrecht, sino volver al estado original de Gibraltar antes de ser invadido por los británicos, o sea, un Gibraltar español. Y para ello, como no es bueno utilizar la fuerza -que es lo que habría que hacer, pues los británicos sólo entienden ese lenguaje- porque una guerra en este caso no estaría justificada moralmente- habrá que buscar otras medidas más diplomáticas. Las que propuso el director de Hispanidad, Eulogio López, son perfectas.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com