El director financiero, Alberto Valdés Figueroa, recomienda que esta vez sea "no hostil"

El director financiero de Gas Natural, Alberto Valdés Figueroa, lo tiene claro: "la siguiente operación de Gas Natural podría ir por vía amistosa". Eso sí, se las da de humilde: "Como mero director financiero, lo sugeriría". Ahí queda eso. Y es que su pregunta es bastante obvia: ¿cuántas operaciones hostiles han fructificado? "Cada uno que saque sus propias conclusiones".

Por otra parte, ha llamado la atención que durante su discurso en el curso de verano de la APIE en la UIMP, haya señalado que la deuda de GN es "demasiado baja", 3.100 millones de euros. En su opinión, sería más razonable situarse en niveles de deuda similares a los que existen en el resto del sector energético. Así que tasa las posibilidades de financiación en 7.000 millones de euros, incluso más si fueran por vías de derivados. "Teóricamente sería infinita".

Vamos, que están en posición compradora. "Estamos abiertos a cualquier operación, aunque también tenemos capacidad para crecer por nosotros mismos". ¿Es posible una operación sobre Iberdrola? Por supuesto, Valdés Figueroa, trata de eludir la respuesta. Pero sí da en cambio algunas pistas tras la entrada de Suez en el capital de Gas Natural. El mercado –señala el director financiero de GN- está en plena evolución, "se ha abierto la veda". Por otra parte, el mercado europeo se encuentra bastante saturado, por lo que es más factible una operación interna. Al menos así lo explica él. ¿Iberdrola? Sería interesante porque tendrían una compensación "muy buena". La capacidad de generación hidroeléctrica es muy complementaria, porque en momentos de sequía, las energías más baratas son la nuclear y los ciclos combinados. Y en los casos de lluvias, "sólo hay que abrir la compuerta", señala con cierta ilusión Valdés Figueroa.

Por supuesto, sólo se trata de un análisis en potencia, sobre el papel. Además, el director financiero apunta que "no puede decir que le alegre esa pregunta". O sea, que hay algo más que un papel encima de la mesa. Eso sí, Suez no habla con él. Pero su presencia reforzada resulta bastante llamativa. La operación sobre Iberdrola parece cada día más cercana, mientras que la eléctrica vasca parece desesperadamente en la búsqueda de una operación corporativa para evitar ser opada. Es lo que tiene el tiburoneo.